< Fuego y Estrellas
avril 09, 2006,2:46 PM
8mm

Despierto en medio de la noche sintiendo tus olores. Frente a mí flota el olor de tu cuerpo cansado y exhausto, el olor producto de la explosión de nuestros cuerpos. Aún puedo escuchar los sonidos de nuestro encuentro... gemidos, gritos y palabras que se mezclan con mi sudor y el pasmoso olor de noche que atestigua tu silueta dibuja a mi costado. En ese espacio, ahora vacío, siguen las formas de tu cuerpo. Ahí está la forma de tu espalda, tus brazos, la fuerza de tus piernas, restos de tu cabello, la hermosura de tu pecho... ahí queda el olor de tu sexo.
Cierro los ojos.
En la pantalla de mis párpados cerrados se exhibe la película de nuestra última versión del sexo. Tú y yo entregados a la pasión y al deseo. Mis manos recorriendo tus rincones, tus cuevas, tus sitios secretos. Tus manos apresuradas arrancandome las ropas y deshaciendose de las que aún te quedan. Ahí esta exhibiendose, para el único espectador posible de esa sala, las escenas de nuestra pasión enbravecida y dolorosa, de tus uñas en mi espalda y mi boca que te muerde, de tus piernas que me incitan y mis manos que te aquejan... en ese espacio a mi costado está el testimonio de un encuentro que transitó de tierno a atrevido, de delicado a explosivo.

De pronto un ruido interrumpe la función. Abro los ojos y al fondo del cuarto se escucha un sonido familiar. Es el sonido de una pequeña lluvia; una que se mueve a un ritmo acompasado y cadencioso, como el de tus caderas; una lluvia que se desliza seductora y lentamente por el cuerpo, como mis manos en tu espalda. Ese sonido me recuerda otros encuentros. Unos de manos sujetadas, gritos ahogados, bocas seductoras y cuerpos empapados. Otros de pétalos y vinos, velas y aromas. Como si fuera un viejo filme de 8 mm en la obscuridad se proyectan miles de cuadros, explotan mil imagenes. Veo tu cuerpo, mi rostro, tu cintura, mis manos, tú arriba, yo abajo, tu boca, mi lengua, tus pies, mis manos, el placer en tu cara, mis gritos, tus uñas, el placer en mi cara, tus peticiones y las mias, tus cuevas, nuetros perfiles; imagenes de amor, locura,satisfacción,exploración, placer, calor.

Sin mediar aviso alguno las imagenes cesan. La función acaba y mis manos tiemblan. Vuelvo a ver tu lugar vacío. Ya no sé si fue hoy cuando estuviste ahí. Quizá fue ayer o hace un mes, tal vez estoy en medio de un sueño de lo que sucederá mañana. El tiempo ya no importa. Cuando se despierta en medio de la obscuridad no se sabe a ciencia cierta si es de día o de noche, la única certeza es la penumbra alrededor- por unos segundos olvido donde estoy o que hago ahí. Mis sentidos no funcionan, mi cuerpo no parece responder.

Trato de moverme y nada pasa. Quiero hablar y mis cuerdas no emiten sonido alguno. Estoy en un estado pseudo-catatónico pero tremendamente placentero. Siento calor y algunas gotas recorriendome las sienes. Estoy consciente del camino que recorren, de la humedad de su rastro al resbalar por mi frente y deslizarse por mis mejillas. Pareciera que puedo escuchar el infinitesimal sonido que se desprende de la gota al caer de mi mejilla y estrellarse con mi pecho-un sonido agudo e intenso que se extiende ad-infinitum por mi cerebro. El sonido se repite y reverbera en mí como un grito en una cueva. Me pierdo entre sus ecos.

De pronto el sonido cesa.

La cadenciosa armonía de las gotas al caer se mezcla en el silencio. Nada. Ausencia de sonido, de palabras, de mí. Nada.

De pronto surge una luz entre la obscuridad. Es una luz que corta la penumbra como la hélice de un barco corta el mar. La luz se extiende formando un extraño rectángulo, su base es más chica que su altura y de él parecen surgir algunas nubes. Con mis últimos resquicios de conciencia me pregunto si no habré pérdido la razón en medio de tan placentera explosión de imagenes , pero apenas planteada, la pregunta es interrumpida por una extraña forma en la luz. No hay nada en mí que explique racionalmente que sucede.

En medio de la incertidumbre el mundo recobra su beat original. Siento como si toda la escena fuera parte de una película que un tercer espectador disfutara en retrasar a la orden del slow motion del control en su mano. Mi conciencia regresa de golpe, mi boca habla, mis manos se mueven. La forma en la luz toma forma de silueta...

- La conozco! . Pienso mientrás una sonrisa intenta dibujarse en mi rostro. Es una extraña mezcla de duda e incertidumbre.

La silueta tiene formas conocidas. Encuentro en ella la frescura de tu cabello húmedo, distingo la plenitud de tus senos, la curva de tu cadera, el contorno de tus piernas. Ahí estas. Surges de la noche de manera inesperada. Avanzas. Tu silueta se perfila cada vez más contra la luz de la puerta de baño que va quedando atrás, las nubes se disipan en columnas de vapor que se funden en la noche. Ahí estas.

Avanzas hacia mi. Desnuda. Con la naturalidad de quien se siente cómoda consigo misma. Con la seguridad de quien se sabe bella. Desnuda y sin secretos. Veo el movimiento de tu cuerpo, la comisura de tus labios, el contorno de tu sexo. Avanzas y te detienes frente al espejo. Te miras mientras secas tu cabello. Botas la toalla y con una liga amarras tu cabello- me gusta el contorno de tu cuerpo cuando amarras tu cabello: tu espalda se arquea, tus senos suben altivos y el tatuaje de tu espalda resalta el derriere en que me pierdo.

Seca y con el cabello atado te acercas. Te detienes a un lado de la cama y me miras. Cierras un ojo y seductoramente te acomodas en el lecho. Ocupas justo el lugar que antes, vacío, me provoco tantos recuerdos.

- Duerme, amor. Me dices mientras me das un tierno beso. Acomodas tus brazos y tus piernas y plácidamente te entregas al placer del sueño.

Ahora estas ahí, donde antes te buscaba. Ocupas el lugar donde tus olores me excitaban. Aún flota tu olor en el ambiente, aún siento la humedad de las gotas que por tu cuerpo resbalaban. Cierro los ojos y con tu mano en mi pecho, duermo.

...

Respiraciones agitadas. mis manos recorriendote y despertando la pasión y el deseo. Mi boca besandote el cuello, tus manos aferrandose a mi pecho. El calor se eleva, las bocas piden, los cuerpos estallan y el deseo se exhibe. Estamos tú y yo a punto de iniciar la danza de los cuerpos. Me acomodo tras de tí como tantas veces hemos hecho. Mi pecho se acopla tras tu espalda, tu cadera se acomoda con la mía, las bocas se juntan y con tu mano acomodas mi pene en tu vagina. Encendemos la pasión de nuevo. Ya no sé si esta vez es hoy, o ayer, o mañana. No sé si pasaron diez minutos o cuatro horas desde que con un beso me invitaste a entregarnos a los sueños. Los movimientos son intensos y explosivos. No sé si esta vez somos tú y yo ahora, si sueño o si revivimos un recuerdo. No sé si vivimos ahora el fast-track de alguien que se salto la parte del sueño y se fue directo a la intensidad de nuestro encuentro. Eso importa? No creo. Al final, no importa el espectador, la penumbra, las palabras o el momento. Qué es esta nueva escena, ¿ ficción, realidad o sueño ? No importa. Lo que disfruto es la intensidad de los encuentros.

...
Despierto. Siento una ligera presión en mi pecho. Es tu brazo que descansa. Duermes plácidamente, boca abajo, abandonada al placer del descanso y de los sueños. Me siento tránquilo y con fuerzas. Siento el regocijo de despertar. De pronto mi cabeza se llena con miles de imagenes que, cuadro a cuadro, desfilan frente a mí. Exhibiendose. Me invade una sensación de dejá vu y viene a mí la noción de estar viendo una vieja película 8 mm. Al paso de las imágenes recuerdo -o creo recordar- el fuego de la noche, más no estoy seguro si es realidad o parte de mi sueño
-Qué es todo esto? Me pregunto intentando discernir entre uno y otro
Al momento esbozo una sonrisa, cierro los ojos e intento regresar al terreno de los sueños. Mientrás lo hago una respuesta flota en mi cabeza.
-Realidad o sueño... ¿Acaso no son lo mismo?


 
posted by Leo
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