Pasión

Es la 1:28 de la mañana. El sueño no viene. Lo que hay en mí es una cierta presión en el pecho... delirante, constante, enigmática. Podría pensarse en ella como una especie de ansiedad disfrutable. Es como una imperiosa necesidad de hacer, de crear. Sí. Me invade un espíritu creador; uno que me impulsa a levantarme del letargo e intentar traducir sensaciones en letras, sentimientos en palabras, ideas en versos.

Siento. Intensamente, como nunca había sentido. Pienso en crear. Creo. Intento . Si caigo me levanto. Camino. Logro. Miro al cielo. Vuelo.

Hay en mí una hermosa inspiración, un llamado. Siento una poderosa in-vocación. De mí hacia las letras, de las letras a la pluma, de la pluma al mundo. Lo que siento es pasión. Pasión por la vida, por el amor, por la creación, por la reflexión, por las letras, por mi estrella, por la belleza, por la equidad,... Pasión que arde. Fuego que no quema pero ilumina; fuego que incita al tiempo que enloquece. Locura. Dosis que intentan administrar la cantidad diaria de realidad necesaria.

El verdadero camino está empezando- el que se construye a través de nosotros mismos, por nosotros. Hay mucho que hacer, tanto que decir, cosas por callar, letras por atestiguar... estoy sobre mi propio camino amarillo. Mi destino no es seguro. Lo único seguro es el camino: reflexión y creación.