About love

Que hermoso y complicado resulta el amor. Es fascinante todo lo que ello significa. En el amor encuentras sinsentidos, maravillas, subidas y bajadas, anhelos, esperas, pasión, dolor, alegría, sueños, intensidad... una gran cantidad de detalles tan pequeños que sólo podrían ser captados por el ojo de un poeta o un enamorado, detalles que sin importar su aparente insignificancia resultan sumamente gratificantes. Creo que el amor no es algo estático, creo incluso que tratar de hablar de él podría resultar un poco presuntuoso. La razón? Creo que el amor se construye día a día, se va descubriendo, se reinventa al paso de los días y se fortalece al paso de
los involucrados.

En cierta forma, amar es como aprender a escalar. Cuando llegas al sitio y miras la montaña, la imagen de la cima a alcanzar produce cierta ansiedad enteramente disfrutable. Es justo la inquietud y emoción de lanzarse a la conquista de la cima la que da vitalidad a los músculos adormecidos y pone al corazón a trabajar. Una vez en la montaña el ascenso es lo que resulta interesante. Descubrir cuál es el mejor camino, tomar la mejor ruta, desandar una ruta equivocada, decidir si enfrentar una pared o rodear el punto... aprender, decidir y avanzar. Pero lo interesante viene cuando es inevitable enfrentar un obstáculo, es ahí cuando se prueban las voluntades y la vocación de alpinistas. Una vez que te topas con una pared que tapa el camino no queda más que elejir entre enfrentarla y seguir en pos de la cima, o empacar tus cosas y regresar. Si se decide enfrentarla habrá que hacer algunos ajustes (buscar las herramientas necesarias, planear el ascenso, quizá replantear la ruta) pero una vez que se sortea el obstáculo la satisfacción del esfuerzo realizado y la adrenalina del ascenso por venir incrementan los latidos y aceleran los sentidos.

Sin embargo, el asunto no es así de fácil. No basta corazón y buenas intenciones para sortear obstáculos. Se requiere también de tener la calma suficiente para aprender lo que no se sabe y la inteligencia suficiente para aplicar en el momento correcto lo que ya se ha aprendido. Se trata
de subir y bajar, dar vuelta en un lugar u en otro, subir la roca o no, tomar la cuerda o dejarla, hacer un nudo o no. Hacerlo sabiendo que un nudo en la cuerda podría ayudar al ascenso pero que quizá después sería imposible desatarlo.Elejir.

El amor es tan difícil como lo queramos hacer. Puede estar acotado por la racionalidad o acompañado por la ligereza pero creo que no puede condenarse a la inmovilidad . Creo que el verdadero reto del amor está en construirse y reinventarse día a día. Es por eso que los pequeños detalles son importantes. De pronto son ello quienes dan un nuevo beat a la relación o los que te recuerdan porque elegiste subir esta cima y no otra. Son parte de la reinvención y la frescura que alejan de la costumbre y la pesada calma de la inmovilidad. Amar requiere sentir y vibrar en sintonía con el otro. Ante una pared que bloquea el camino prefiero cuatro manos para subir, dos mentes para buscar soluciones, dos corazones que latan y un sinfín de ideas que dialogadas lleguen a la mejor solución. Creo en la complementariedad más que en las coincidencias. Las coincidencias son fugaces y de pronto se vuelven una misma cosa imposible de diferenciar. Las diferencias enriquecen, incentivan, interesan pero, más aún, complementan. Por eso me gustan las diferencias.

Ante un obstáculo en el camino hacia mi cima elijo seguir. Elijo enfrentar la pared y aprender lo que hay que aprender, elijo aplicar lo que sé en el momento apropiado. Elijo subir y lo hago con la conciencia que detrás del obstáculo al que me enfrento puede haber mucho más, pero sé también que detrás de él me esperan nuevos caminos y vistas por disfrutar. En mi camino a la cima elijo el esfuerzo a la comodidad, la inquietud a la calma, el descubrimiento a lo ya conocido, la confianza a la duda. Elijo la combinación de opuestos sumamente parecidos pero suficientemente distintos como para no confundirse el uno con el otro, ser dos o uno, a la unidad mal entendida. Ante el obstáculo en mi camino elijo seguir que desandar el camino, prefiero amar.